Háganse un favor, dejen todo lo que estén haciendo y vean este vídeo. Ahora mismo. Sí, ya, son nueve minutos pero cada segundo de la historia merece su atención. Hemos descubierto esta joya gracias a nuestro compañero Jaume y no podríamos haber recibido mayor chute de optimismo.
Y digo yo, en qué momento de la vida dejamos de ser la pureza personificada para convertirnos en la preocupación andante? Feliz martes (tardío)!
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